Mientras el amor está a nuestro lado, hay vida, esperanza, alegría, hay sueño.
El amor nos hace ilusionistas de nuestras vidas, no esperamos nada, lo tomamos todo como una sorpresa. ¿CIERTO?
Pues no, mi opinión es que es todo muy bonito pero, no.
Creo que el amor viene y va.
En el siglo que vivimos, es cada vez más frecuente encontrar parejas separadas, amores rotos por los que se apostaba una vida de ilusión. Hijos compartidos, sin una casa definida donde vivir, hoy con papa, mañana con mama….
Después de una ruptura, esperamos vivir libres, disfrutando de aquello que se nos negó, o de lo que nos perdimos por acompañar a la pareja, y casi sin darnos cuenta, cuando menos lo esperamos, otro amor ha llegado, otra luz aparece al final del camino que será, la que nos
Ilumine la mirada, sonrisa absurda y constante en nuestros labios, entonces comenzamos una nueva andadura, PERO… ¿CUANTO DURARÁ?
Quién sabe, quizás ¿Uno? ¿Dos? ¿Tres? ¿Meses? ¿Años?
En el amor hay que ser fuerte, no arrepentirse, luchar mirando hacia delante, bailar al son de la vida y no cambiar de música.
No vivir con el látigo de la sociedad, que critica cada uno de los pasos que damos y vivir siendo feliz, y haciendo feliz a los que queremos , y si el amor viene le damos la bienvenida y si se marcha, nos despediremos con un hasta siempre.
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